Hay distintas fuentes que afirman de donde viene la práctica del bautismo cristiano, desde los judíos, Juan Bautista y el mismo Jesús. ¿Pero en dónde nace realmente?

SUS INICIOS
El bautismo como práctica nace, aunque no en forma, con los mismos judíos. Ellos ya realizaban este ritual como parte de su fe y nacimiento a una nueva vida. De la impureza a la pureza. Lo hacían en piscinas limpias en donde colocaban dos escaleras, la primera por donde entrabas siendo impuro, y la segunda por donde salías siendo puro ante los ojos de Dios.
Aunque desde estos tiempos ya se realizaba algo similar a los bautismos cristianos como los conocemos, por la inmersión del agua y la idea de impureza y pureza; realmente eran solo para personas selectas por el grupo. Personas que habían sido seleccionadas por su "prestigio religioso".
JUAN EL BAUTISTA
Tiempo después aparece Juan el Bautista, que a diferencia de los judíos él practicaba el bautismo en el río Jordan. Un río sucio y salado. Por otro lado, él no seleccionaba a quienes bautizar, sino que se abría a todo aquel que quisiera recibir a Dios en su vida. Siempre y cuando aceptaras dedicarle tu vida a Él, eras bien recibido.
Esto por supuesto empezó a levantar celos y enojos en los judíos. ¿Cómo era posible que este Juan bautizara en nombre de Dios a cualquier persona? Y no solo eso, sino que Juan mencionaba constantemente la venida de un Mesías que llegaría a traer amor.
Aquí es donde podemos citar la Biblia en Marcos 1:7-8 donde Juan el Bautista nos decía:
"Y predicaba, diciendo: Tras de mí viene uno que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os bauticé con agua, pero Él os bautizará con el Espíritu Santo."
Con la llegada de Jesús, toda la predicación de Juan toma sentido y se proclama este acto del bautismo, como uno de humildad, conversión y amor.
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